EDC 2016
El concierto de origen neoyorkino tomó lugar en la capital imponiéndose en la ya famosa curva del autódromo de la ciudad. Concierto de altura: prometedor por la experiencia de vivirlo y garantizado por la sorprendente fama que ha adquirido.

Por tercera ocasión, las luces se consolidaron en colores que fijaron en nuestras pupilas dilatadas el éxtasis de cuerpos poseídos por música. Durante más de 8 horas vivimos un espectáculo de sonido pero también de figuras, placer y fluorescencias que se transformaban cada hora en una historia en la que se inicia con incredulidad pero termina por convencerte de realidades novedosas: formas que se sostienen sólo en dichos eventos. Y no resulta extraño, pues es de hecho la luz la que define nuestra realidad. El EDC es más que un concierto, más que una peda, más que un rave porque es todo a la vez. La música es un festival por sí mismo, pero el concierto le pone rostro a los bits. La música se imprime en explosiones de fuegos y el fuego explota en la masa uniforme de gente.

El concierto logra engendrar algo inexplicable en cada uno de nosotros, algo a lo que no se ajustan los recuerdos: como la música cuando resuelve pero aquello ocupa todos tus sentidos. Yo no conocía a nadie del headliner y no sabía que esperar. Pero espero volver a sentir aquello.
Texto: @fielos
📸: César M
Music: Girls in France