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Adios y Buena Suerte

«El aburrimiento es el origen de toda maldad. Es muy curioso que algo que porta en sí tal calma y carácter sedativo, tenga esa capacidad para emprender el movimiento.» S. Kierkegaard


Una comedia que, a modo de documental narrado, proyecta en los tres protagonistas el nuevo tipo de hogar de un nuevo tipo de familia mexicana: el tipo de familia que nace de la sólida (o no tan sólida) relación entre amigos o conocidos o desconocidos que rentan un mismo lugar y deben, naturalmente, hacerse sana (o no tan sana) compañía cuando el ocio los congrega en el sillón imperturbable. El sillón-refugio de tres personas sin ocupación ni dirección que nos cuentan la más reciente tragedia que cae sobre las mascotas de su hogar: Camila jugó muy fuerte con Pancho y este murió asfixiado. O tal vez, Camila no supo controlar su desmedido amor. O quizá sea que Camila es una boa hambrienta y Pancho es un perro encerrado en el patiecito trasero del hogar. Con un nudo en la garganta, Scarlet (Sara Pinet), Próculo (Hamlet Ramírez) y Natividad (Miguel Romero) nos cuentan esta inesperada tragedia mientras vemos fragmentos de la vida cotidiana en el sillón imperturbable, y cómo el aburrimiento adquiere proporciones desmedidas remarcando el carácter insignificante e hilarante de cada personaje, cada cual patético a su manera, cada cual marcado por la perversidad del ocio a su manera.

Es curioso —dice Kierkegaard— que el aburrimiento tenga esa capacidad para emprender el movimiento: Próculo y Natividad conspiran en contra de la más reciente relación de Scarlet (porque pues, el amor y la felicidad los pueden separar) y cuando el amado llama, ellos contestan, toman nota y cuelgan: ¿quién era?, dice Scarlet, pero antes llama la fallecida madre de Próculo que su novio.


Esta divertidísima obra trata del ocio en los tiempos del nini. Y lo absurdo y abyecto de cada personaje nos roba carcajadas como pocas. Y resulta imposible no identificarse, porque ratos de ocio todos tenemos y con seguridad nos habremos de aburrir. En esos ratos, posiblemente, recordemos lo perverso que puede ser el aburrimiento que nos ha mantenido sentados en el sillón imperturbable por años; el sillón-refugio, la familia-refugio; el trabajo-refugio. Refugio del ocio: de nosotros.


Adiós y Buena Suerte de Gibran Portela con: Sara Pinet, Miguel Romero y Hamlet Ramirez

Texto: @fielos

📸: César M

DESTACADO

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